diciembre 9, 2024
Mersedeh Shahinkar, Premio Sájarov: “Perder el ojo me hizo más decidida. La lucha del pueblo iraní seguirá hasta el final” | Internacional

Mersedeh Shahinkar se encontraba junto a su madre en una manifestación en Teherán en octubre del año pasado, cuando la brutalidad del régimen de Irán se ensañó con ella. Como miles de mujeres, acudió a una de las protestas desencadenadas por el fallecimiento de Masha Amini, la joven iraní que murió en custodia policial por llevar mal puesto el velo islámico. Cuando estaba en la marcha, un agente de seguridad disparó un proyectil y le reventó un ojo. El rostro de Shahinkar con la cara ensangrentada se viralizó de inmediato y su caso tuvo un impacto tan grande en las redes sociales que el Gobierno la consideró una “amenaza para la seguridad del país” y empezó a acosarla. Una tarde, la policía entró en su casa, revolvió todas sus pertenencias y se marchó. Al cabo de unos días, los agentes del régimen regresaron con el mismo comportamiento amenazante. Después de aquello, cogió a su hija de 11 años y se marchó del país.

Ahora, alza la voz desde el exilio para pedir el apoyo de Occidente para derrotar a la República Islámica. El Parlamento Europeo ha concedido este martes el Premio Sájarov a Shahinkar y a otra activista, Afsoon Najafi, como representantes del movimiento Mujer, vida y libertad, surgido tras la muerte de Amini, a quien a la Eurocámara también ha concedido el galardón a título póstumo.

Pregunta. ¿Cómo se siente al haber recibido el máximo reconocimiento de la UE en materia de derechos humanos?

Respuesta. Cuando empecé a salir a la calle a protestar en contra del régimen, nunca pude imaginar que algún día acabaría en Francia recogiendo el Premio Sájarov. Este galardón me hace sentir bien, pero además es un indicador de que la comunidad internacional presta atención a lo que ocurre en Irán, a la represión de la teocracia contra su gente, y esto nos da todavía más determinación para continuar con nuestro camino para tener algún día un futuro brillante.

P. Tras la pérdida del ojo, ¿alguna vez ha pensado que no debería haber acudido a las manifestaciones?

R. Jamás. Hay un símbolo de honor en mi cara y ese es mi ojo. Es un honor tenerlo. Ese día estaba luchando por el futuro de mi gente, de la nación, por la libertad de mi país. Si miro atrás, haría exactamente lo mismo. Iría a las calles y me sumaría a las protestas. Después de las operaciones, con el ojo protegido, seguí yendo a la calle. Nunca paré, hasta que me marché del país.

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P. ¿Cree que el régimen puede intensificar su violencia tras la concesión de un premio que reconoce la lucha de las iraníes contra el sistema?

R. Irán está reprimiendo a la gente más que nunca, aunque en realidad se están destruyendo a sí mismos. Es obvio que este tipo de premios internacionales van a enfadarles y van a seguir atentando contra la población inocente, pero la lucha del pueblo iraní seguirá hasta el final. El poder pensó que, tras perder mi ojo, me encerraría en casa, callada. Pero mi reacción ha sido la contraria porque lo que me ha pasado me ha hecho más decidida y más fuerte para continuar mi camino.

P. ¿Cree que la UE, además de entregarle un premio, puede ayudar al pueblo de Irán de alguna manera?

R. Los premios son muy importantes y apreciamos que nos los concedan. Pero, evidentemente, no es suficiente. Deberían tomarse medidas específicas en contra de la República Islámica, como por ejemplo designar al Cuerpo de la Guardia Revolucionaria (CGRI) organización terrorista y no darles nunca más un visado para entrar a la UE. Sus hijos viven en el exterior en libertad, mientras que el pueblo sufre la represión de una dictadura. Esos hijos de las fuerzas revolucionarias no deberían poder ir a las mejores universidades en el extranjero. Tendrían que volver a Irán y vivir bajo el régimen que dirigen sus padres. La UE tampoco debería invitar al Gobierno iraní a conferencias internacionales. Hay que evitar que tengan voz.

P. La República Islámica se mantiene intacta en el poder tras las mayores protestas desde 1979. ¿Qué debe suceder para que este régimen sea derrocado?

R. Vivimos bajo un sistema que ha aprendido de otras dictaduras las peores técnicas represivas. Irán ha ejecutado al menos a ocho hombres en relación con el movimiento Mujer, Vida y Libertad. Estamos hartos, pero elegimos luchar contra el régimen islamista que nos mata desde hace 44 años porque tenemos la esperanza de vivir algún día con derechos. Ahora bien, necesitamos el apoyo exterior. Lo vuelvo a repetir: la UE debe designar a los CGRI grupo terrorista e impedir la venta de las armas con las que nos matan. Los iraníes nos hemos sentido muy decepcionados cuando hemos visto que la UE no ha aprobado esta petición.

P. ¿Qué derechos son importantes para usted?

R. Hay cosas que para Occidente no son significativas porque la población siempre las ha tenido. Pero para alguien como yo, que no está acostumbrada a la libertad, aquí puedo sentirla de manera tangible. Por ejemplo, puedo elegir qué ropa ponerme en la calle, puedo elegir si quiero reírme alto. En un régimen dictatorial no tienes permiso para reírte en voz alta o divertirte con tus amigos. Ni siquiera puedes montar en bicicleta. Aquí en Europa sí que puedo hacerlo. Esa es la diferencia.

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