noviembre 8, 2024

Juan Bernabé-Moreno es director de la división de investigación de IBM para Irlanda y Reino Unido, donde lidera tres laboratorios. Este doctor en informática nacido en Antequera (Málaga) hace 44 años, pero de corazón granadino, es también responsable de la Estrategia de Descubrimiento Acelerado para el Clima y la Sostenibilidad, que desarrollan siete laboratorios globales para aplicar inteligencia artificial y computación cuántica al desarrollo de soluciones de sostenibilidad. Confía en el potencial español para las nuevas tecnologías y en que la computación cuántica nos permitirá entender la naturaleza, el comportamiento de la materia, la llave de un mundo esquivo para las teorías clásicas.

Pregunta. ¿La inteligencia artificial es una amenaza para la humanidad?

Respuesta. Puede que alguien use inteligencia artificial para causar algún tipo de daño, pero es importante diferenciar entre un uso premeditado y malévolo de la inteligencia artificial con un desarrollo que, sin estar mal intencionado, se comporte de una manera que es la esperada por no comprender o no tener el control de los datos o no haber aplicado la gobernanza con rigor.

P. IBM ha desarrollado herramientas de gobernanza, pero es presumible que no la use quien pretende causar un daño.

R. ¿Cómo se pueden prevenir los virus informáticos? Es muy difícil porque siempre hay la posibilidad de que alguien, con un determinado propósito, comprometa ciertos valores. Es muy difícil. Una cosa que ayuda es hacer las cosas de mantera abierta para educar a la comunidad. El beneficio que se puede obtener de la inteligencia artificial recae en las manos de la comunidad. Si todo el mundo entiende y toda la comunidad está detrás de un sistema abierto de inteligencia artificial, es más fácil que la comunidad misma ayude a prevenir el mal uso. Si lo dejas en manos de unos pocos, no escala. Nosotros lo hemos visto en tema de ciberseguridad. Nuestras herramientas son abiertas y la comunidad misma ayuda a desarrollarlo.

P. ¿Qué significa el comienzo de la era de utilidad cuántica que ha anunciado IBM?

R. Este año hemos entrado en un momento muy importante, en un hito. Lo que llamamos utilidad cuántica significa que, hasta ahora, la ventaja cuántica se podía demostrar en el terreno teórico, pero hacerlo con un ordenador cuántico no había pasado. Había errores y este año, por primera vez, hemos conseguido un sistema mejor que el clásico y ha podido resolver un problema de magnetización con nuestro ordenador cuántico y con rutinas de mitigación de errores. Pero pensar en que vamos a tener un ordenador cuántico perfecto en siete años… Yo no pongo fechas.

Si todo el mundo entiende y toda la comunidad está detrás de un sistema abierto de inteligencia artificial, es más fácil que la comunidad misma ayude a prevenir el mal uso

P. Entonces, ¿qué habrá en 2030?

R. Hablamos de quantum centric supercomputing, que es un supercomputador centrado en cuántica, pero también con una parte clásica, incluyendo todo el avance en hardware [equipos]. Es nuestra aspiración. No solo será cuántico. Por ejemplo, para el aprendizaje automático, necesitas datos y eso es [computación] clásica: están en bits. Después, haces tu procesamiento en cuántica, pero la salida, la interpretación de esos datos necesitan pasar a clásica otra vez. O sea, la computación cuántica nunca quita de la ecuación la clásica. Y en hardware, el procesador Eagle actual ha madurado, ha tenido muchas versiones. Pero la comunicación entre unidades es muy importante. Lo aprendimos en clásica: no puedes construir un monolito porque es muy difícil controlar. Lo que hacemos es apostar por unidades pequeñas que comunicamos con enlaces clásicos primero.

P. ¿Computación cuántica e inteligencia artificial juntas pueden suponer, esta vez sí, una amenaza para la humanidad?

R. Tomemos el ejemplo de factorización. La computación cuántica puede dejar obsoletos los sistemas de criptografía actuales. Eso lo sabemos. Pero como hemos visto un riesgo, hemos empezado a trabajar en algoritmos de seguridad cuántica [quantum save] que no se pueden desbancar. Ya tenemos tres en el NIST [National Institute of Standards and Technology] que ayudan ya a adoptar otro tipo de criptografía. La nueva tecnología crea muchas oportunidades.

P. Pero ¿y si la desarrollan comunidades que no comparten nuestros valores?

R. Para llegar a la utilidad cuántica llevamos trabajando 40 años para crear la ciencia de la información cuántica. Y, además, en nuestro ADN está construir chips. Toda esa tecnología no está al alcance de cualquiera.

P. ¿Qué permite la computación cuántica?

R. Uno de los ámbitos más prometedores y la razón por la que yo empecé con cuántica, que enseño en la universidad, es su capacidad de abordar temas a los que no llegamos de manera clásica. La cuántica permite descubrir en los datos relaciones que son muy difíciles de desvelar con los medios actuales clásicos. La inteligencia artificial es descubrir relaciones entre los datos y, con computación cuántica, vamos a tener una herramienta que nos va a ayudar muchísimo. Pero donde va a marcar más la diferencia es en la simulación. Si de verdad queremos entender la naturaleza, las partículas, con un ordenador clásico es imposible. Entender el comportamiento de la materia es cuántica.

P. ¿Y eso permite conocer el origen del universo y de una enfermedad?

R. Se puede aplicar, por ejemplo, para terapias dirigidas. Imagine ser muchísimo más preciso, entender a nivel molecular, a nivel celular, cómo actúa una terapia dirigida. Ya tenemos investigaciones de uso cuántico en este campo. Son pasos pequeños, pero ya apuntan el futuro. Creo que se podrá entender la naturaleza y la materia de una manera que no se podía antes y eso tiene muchas consecuencias, tanto para diseñar nuevos materiales como en el ámbito biológico.

En el ámbito cuántico, España puede sacar pecho

P. ¿Y supondrá mucho gasto energético? La inteligencia artificial sí lo exige-

R. La cuántica no necesita tantos datos ni energía para entender las nuevas relaciones ni para entrenarse. Es de bajo consumo. Puedes calcular más y mucho más rápido.

P. ¿España tiene talento para afrontar estas tecnologías?

R. En términos académicos, la calidad de nuestras universidades es buena. Es cierto que se tienen que adaptar y poner programas cuánticos y de inteligencia artificial generativa, pero la base es muy muy buena. He estado en muchos países y lo puedo confirmar. Donde hay que avanzar es en la transferencia del mundo académico al mundo empresarial. La gente buena intenta buscar experiencia internacional y, a veces, se queda. Pero hay programas para atraer talento. En el ámbito cuántico, por ejemplo, España puede sacar pecho no solo por la gente que tenemos a nivel mundial, sino también por ecosistemas como el vasco, donde la calidad investigadora es reconocida a nivel mundial.

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