La hora del vermú en Vallecas dejó dos imágenes en el Madrid protagonizadas por dos familiares, dos cuñados: el gol de Joselu en el minuto tres y la expulsión de Carvajal en el descuento. Del anuncio de una tarde plácida para los blancos al cierre de un encuentro incómodo y pedregoso. “Para levantar una Liga, los partidos que no puedes ganar, no tienes que perder. Al final, puede ser un punto positivo”, se consoló tras el empate Carlo Ancelotti, que en defensa de sus muchachos sentenció: “Es complicado reprocharle algo a este equipo esta temporada”.
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Dimitrievski, Aridane, Luis Espino, Lejeune, Balliu, Isi (De Frutos, min. 56), Álvaro García (Sergio Camello, min. 81), Unai López (Kike, min. 63), Óscar Valentín, Trejo (Miguel Silva, min. 63) y De Tomás (Falcao, min. 81)
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Andriy Lunin, Nacho, Lucas Vázquez (Dani Carvajal, min. 75), Aurelien Tchouameni, Fran Garcia, Camavinga (Kroos, min. 70), Modric (Arda Guler, min. 86), Brahim Diaz (Rodrygo, min. 70), Federico Valverde, Vinicius Junior y Joselu
Goles 0-1 min. 3: Joselu. 1-1 min. 27: De Tomás.
Árbitro Alejandro Muñiz Ruiz
Tarjetas amarillas Isi (min. 45), Balliu (min. 48), Camavinga (min. 61), Álvaro García (min. 81) y Dani Carvajal (min. 92)
Ahora en el Madrid todos copian la celebración del lesionado Jude Bellingham. Vinicius, Brahim y, este domingo frente al Rayo, también Joselu. No obstante, los festejos merengues en el Valle del Kas solo duraron 25 minutos, los que tardaron unas manos fuera de sitio de Camavinga en torcer un camino que acabó con la imagen de Carvajal expulsado en el descuento. Tiró Trejo dentro del área en pleno oasis madridista y el laboratorio del VAR pescó los brazos del pivote francés rechazando a córner. Penalti, la acción clave. “Hasta el penalti, todo lo hicimos muy bien. Marcamos y pudimos hacer otro. Pero luego todo cambió. Hubo más duelos, más peleas, más interrupciones. No era tan sencillo buscar ideas en un partido así”, argumentó el técnico italiano.
Carletto empezó la sesión vespertina guardándose alguna pieza (Carvajal, Kroos y Rodrygo), a los que recurrió en cuanto confirmó que la tarde al sur de Madrid se había torcido. Mezcló de nuevo durante un rato a Kroos y Modric, y a última hora recurrió al adolescente Arda Güler, pero lo mismo dio. Durante más de una hora, el Madrid no encontró la clave que le ayudara a descifrar un choque revirado en la caja de Vallecas. Dimitrievski anuló los mejores intentos blancos de Joselu y Kroos. “Tras el empate, fue un partido distinto que no nos gusta jugar. Al Rayo le ha salido bien interrumpir el juego. Lo debemos aceptar”, abundó el entrenador blanco, que llamó a la calma y a pensar que, después del fastidio por no sacar tres puntos que todos daban por descontando -más si cabe con el 0-1 tan tempranero-, el empate puede ser positivo en el global de las 38 estaciones de la Liga.
El “juego más sucio” de la segunda parte
El Madrid acumula 19 encuentros del torneo sin caer (14 triunfos y cinco empates), pero el Rayo es, junto al Atlético, el rival que más ha torpedeado su camino. Dos empates antes los vallecanos, que asistieron al primer gol de Raúl de Tomás en Liga este curso, de penalti después de regresar en el once siete jornadas después, una medida de choque del novato y debutante Iñigo Pérez para reflotar la trayectoria declinante del delantero. “Estoy orgulloso de los jugadores. No es fácil tener una destitución [de Francisco] y que venga alguien a decir que hagas ciertas cosas”, argumentó el nuevo técnico rayista, siempre reposado en el análisis y que aceptó como un elogio que la gente “divisara algo del Rayo del Andoni [Iraola].
El navarro, que valoró el mérito de sus futbolistas de resistir el empuje del Madrid después del 0-1, admitió que en la segunda mitad no le vino mal un “juego más sucio”. “Había situaciones en las que no quería arriesgar porque cualquier error te penaliza”, apuntó el entrenador local, que en una semana ha pasado de ayudar a Iraola en la Premier desde España (no tenía los permisos para residir en Inglaterra) a dirigir por primera vez en la Liga. Al conjunto blanco lo metió en la jaula. Su siguiente apeadero, el Girona.
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